martes, 10 de junio de 2014

La modernidad de los medios escritos



Los medios escritos se enfrentan a un nuevo reto, a uno del cual estaban conscientes y sin embargo les ayudado a mejorar en su infraestructura, pero no esperaban que les llegara afectar actualmente, como la tecnología. La tecnología avanza a una velocidad impresionante, la gran mayoría opina que es una bendición, una simplificación de la vida cotidiana, nos abre a nuevos mundos, mundos virtuales en los que se puede relacionar sin necesidad de salir del hogar. Una nueva clase de sociedad, donde el contacto físico es cada vez menos necesario y hasta en ocasiones peligroso según algunos pensamientos.
Este “mal” está afectando a los medios escritos, los amenaza con el exterminio. El papel donde se registran noticias, crónicas, opiniones, es cada vez menos utilizado, menos leído y en ocasiones llega a ser tedioso.
El presente y el futuro es lo digital, intangible pero con un infinito número de oportunidades de conocimiento, de información ya sea esta relevante o redundante. Algunos periódicos, reconocidos o no quebraron por esta embestida tecnológica y los restantes que aún sobreviven tienen que adaptarse o morir.
Así que esa es la nueva tendencia, o mejor dicho, el único camino que les queda a los medios escritos por sobrevivir a esta realidad líquida, tan constante es su recorrido, tan veloz y tan cambiante, no admite el estancamiento. La era del consumismo, no puede durar para siempre, todo elemento en cuanto es abusado en su uso tiende a perjudicar antes que beneficiar. Los nuevos pensamientos, ideologías acerca de la conservación del medio donde vivimos, la valoración del ser humano como tal, hacen que el consumismo se mal visto con el transcurrir de los días.
La fluidez de la modernidad, no se detiene, no se estanca en algo. Nos movimos a gran velocidad desde el capitalismo pesado, al capitalismo actual y por consecuencia, este tiene que dar paso a otro sistema. Se repite el ciclo.
Los medios escritos, están caducos, ya sea por su mala práctica o por verse abrumados por nuevas tecnologías. Esto nos da la pauta para prever que el reemplazo es inminente, o siendo más benévolos, la modificación es necesaria.
La mala práctica informativa en periódicos o revistas dictaron su propio fin, cavaron su propia tumba. Una nueva sociedad del conocimiento está creciendo y pide abrirse paso con nuevas ideas, más humanas, más amigables con el medio ambiente.
Si desaparecerán los medios escritos tal y como los conocemos actualmente, todavía es incierto. Lo cierto es que su papel de herramientas, facilitadores y en ocasiones dictadores de la realidad no se verá alterado. Ellos son el camino a seguir, ellos son la materia prima del poder, sea cual fuese este, esto debe estar muy claro.
Esta era de la modernidad líquida debe dejar el legado de aprendizaje, de conclusiones que nos atañen a que nuestra realidad la imponemos nosotros de acuerdo a nuestras necesidades ya que en realidad nosotros somos quienes trazamos el camino y encargamos el mantenimiento y arreglamiento de este a una pequeña esfera que se adueña de este camino.
Pero cuando ya no hay recursos para mantener este camino, se construye una bifurcación para continuar con el recorrido, ya que la aventura no se detiene, solo cambian las rutas, ya sean estas lentas, empedradas, polvorientas; o autopistas de ocho carriles, señalizadas y de alta velocidad. La importancia radica en el conductor, cuanto más consciente se está del entorno y a donde se quiere llegar, el viaje será más seguro.   
Por esta razón los medios escritos se los puede definir como “híbridos”. Por qué estos partieron del estado sólido, ahí nacieron. Pero con el traspaso de estado de sólido a líquido, estos pasaron a tomar la naturaleza líquida, no se detienen, fluyen, el tiempo se convierte en factor fundamental para estos medios de comunicación.
En nuestros tiempos la información no cesa, cada minuto surge algo nuevo, lo que sucedió hace unos pocos instantes, es pretérito, al menos en lenguaje de los medios escritos. Son estos medios los que imponen el ritmo de cada día, el ritmo de cada uno y de la sociedad. Son los transmisores de quienes se encuentran en la cúspide del poder, los que nos dicen que está bien y que está mal, lo correcto y lo incorrecto.
Son responsables del consumismo, característica principal de nuestro tiempo, de nuestra realidad líquida. Solo basta constatar que en algunos periódicos o diarios encontramos más publicidad que información. Los medios escritos tuvieron su origen en la denominada era sólida, sus características: inalterables, estáticos,  inmutables, etc... Tal y como sucede con otras instituciones que no fueron destruidas en la transición sólido-líquido, pero que si fueron alteradas en su composición.
Un ejemplo de este fenómeno es la familia, antes solo conocíamos un tipo de familia, conformada por padre, madre e hijos, era impensable algo diferente. En la actualidad contamos con distintos tipos de familia en su conformación.
Así sucede con los medios escritos, que tuvieron que adaptarse a esta nueva realidad, a este nuevo entorno, este espacio-tiempo. De ahí nacieron los medios amarillistas, que no les importa en qué forma publican una noticia, si es verídica o no, lo importante es vender, lo importante es que el lector no salga de este círculo de consumo y por ende siga sometido al sistema.

La libertad de la persona, la libertad de la que tanto se menciona en el mundo de la comunicación, es solo un arquetipo, se intenta hacer creer que cualquier elemento extraño desestabilizaría al sistema, la tranquilidad y la paz. Se afectaría la libertad del individuo, por ende, cualquier dispositivo o mecanismo  hay que aislarlo y hay que eliminarlo.

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