Los medios escritos se enfrentan a un nuevo reto, a
uno del cual estaban conscientes y sin embargo les ayudado a mejorar en su
infraestructura, pero no esperaban que les llegara afectar actualmente, como la
tecnología. La tecnología avanza a una velocidad impresionante, la gran mayoría
opina que es una bendición, una simplificación de la vida cotidiana, nos abre a
nuevos mundos, mundos virtuales en los que se puede relacionar sin necesidad de
salir del hogar. Una nueva clase de sociedad, donde el contacto físico es cada
vez menos necesario y hasta en ocasiones peligroso según algunos pensamientos.
Este “mal” está afectando a los medios escritos,
los amenaza con el exterminio. El papel donde se registran noticias, crónicas,
opiniones, es cada vez menos utilizado, menos leído y en ocasiones llega a ser
tedioso.
El presente y el futuro es lo digital, intangible
pero con un infinito número de oportunidades de conocimiento, de información ya
sea esta relevante o redundante. Algunos periódicos, reconocidos o no quebraron
por esta embestida tecnológica y los restantes que aún sobreviven tienen que
adaptarse o morir.
Así que esa es la nueva tendencia, o mejor dicho,
el único camino que les queda a los medios escritos por sobrevivir a esta
realidad líquida, tan constante es su recorrido, tan veloz y tan cambiante, no
admite el estancamiento. La era del consumismo, no puede durar para siempre,
todo elemento en cuanto es abusado en su uso tiende a perjudicar antes que beneficiar.
Los nuevos pensamientos, ideologías acerca de la conservación del medio donde
vivimos, la valoración del ser humano como tal, hacen que el consumismo se mal
visto con el transcurrir de los días.
La fluidez de la modernidad, no se detiene, no se estanca
en algo. Nos movimos a gran velocidad desde el capitalismo pesado, al
capitalismo actual y por consecuencia, este tiene que dar paso a otro sistema.
Se repite el ciclo.
Los medios escritos, están caducos, ya sea por su
mala práctica o por verse abrumados por nuevas tecnologías. Esto nos da la
pauta para prever que el reemplazo es inminente, o siendo más benévolos, la
modificación es necesaria.
La mala práctica informativa en periódicos o
revistas dictaron su propio fin, cavaron su propia tumba. Una nueva sociedad
del conocimiento está creciendo y pide abrirse paso con nuevas ideas, más
humanas, más amigables con el medio ambiente.
Si desaparecerán los medios escritos tal y como los
conocemos actualmente, todavía es incierto. Lo cierto es que su papel de
herramientas, facilitadores y en ocasiones dictadores de la realidad no se verá
alterado. Ellos son el camino a seguir, ellos son la materia prima del poder,
sea cual fuese este, esto debe estar muy claro.
Esta era de la modernidad líquida debe dejar el
legado de aprendizaje, de conclusiones que nos atañen a que nuestra realidad la
imponemos nosotros de acuerdo a nuestras necesidades ya que en realidad
nosotros somos quienes trazamos el camino y encargamos el mantenimiento y
arreglamiento de este a una pequeña esfera que se adueña de este camino.
Pero cuando ya no hay recursos para mantener este
camino, se construye una bifurcación para continuar con el recorrido, ya que la
aventura no se detiene, solo cambian las rutas, ya sean estas lentas, empedradas,
polvorientas; o autopistas de ocho carriles, señalizadas y de alta velocidad.
La importancia radica en el conductor, cuanto más consciente se está del
entorno y a donde se quiere llegar, el viaje será más seguro.
Por esta razón los medios escritos se los puede
definir como “híbridos”. Por qué estos partieron del estado sólido, ahí
nacieron. Pero con el traspaso de estado de sólido a líquido, estos pasaron a
tomar la naturaleza líquida, no se detienen, fluyen, el tiempo se convierte en
factor fundamental para estos medios de comunicación.
En nuestros tiempos la información no cesa, cada
minuto surge algo nuevo, lo que sucedió hace unos pocos instantes, es
pretérito, al menos en lenguaje de los medios escritos. Son estos medios los
que imponen el ritmo de cada día, el ritmo de cada uno y de la sociedad. Son
los transmisores de quienes se encuentran en la cúspide del poder, los que nos
dicen que está bien y que está mal, lo correcto y lo incorrecto.
Son responsables del consumismo, característica
principal de nuestro tiempo, de nuestra realidad líquida. Solo basta constatar
que en algunos periódicos o diarios encontramos más publicidad que información.
Los medios escritos tuvieron su origen en la denominada era sólida, sus
características: inalterables, estáticos,
inmutables, etc... Tal y como sucede con otras instituciones que no
fueron destruidas en la transición sólido-líquido, pero que si fueron alteradas
en su composición.
Un ejemplo de este fenómeno es la familia, antes
solo conocíamos un tipo de familia, conformada por padre, madre e hijos, era
impensable algo diferente. En la actualidad contamos con distintos tipos de
familia en su conformación.
Así sucede con los medios escritos, que tuvieron
que adaptarse a esta nueva realidad, a este nuevo entorno, este espacio-tiempo.
De ahí nacieron los medios amarillistas, que no les importa en qué forma
publican una noticia, si es verídica o no, lo importante es vender, lo
importante es que el lector no salga de este círculo de consumo y por ende siga
sometido al sistema.
La libertad de la persona, la libertad de la que
tanto se menciona en el mundo de la comunicación, es solo un arquetipo, se
intenta hacer creer que cualquier elemento extraño desestabilizaría al sistema,
la tranquilidad y la paz. Se afectaría la libertad del individuo, por ende,
cualquier dispositivo o mecanismo hay
que aislarlo y hay que eliminarlo.
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